domingo, 10 de enero de 2016

Wrap Up Diciembre 2015


¡Hola a todos!
En diciembre tuve un gran problema: leí muchísimo y escribí muy poco. Normalmente mis wrap ups son de reseñas, pero en los últimos meses me he desfasado mucho y se estaba poniendo todo muy raro. Por eso decidí que ahora los wrap ups serán sobre mis lecturas del mes. Durante enero voy a tratar de ponerme al día con las reseñas, con la esperanza de que algún día en el Wrap up aparezcan sólo libros leídos y reseñados. 
En fin, como es una lista muy larga -DIECISIETE LIBROS- no pondré las portadas. Pero eso sólo será cosa de este mes:

La abadía de Northanger, de Jane Austen. Me apena decirlo, pero tengo poquísima experiencia con la autora y la verdad es que La abadía de Northanger nunca estuvo en mis prioridades de lectura, pero un día lo vi y decidí que era hora de comenzar a ponerme al corriente. No me arrepiento para nada, la trama en sí no me entusiasmó, pero disfruté muchísimo leyéndola. Con todo y la auto-compasión de la protagonista. Reseña aquí.
            
Un fantasma en la casa, de Betty Ren Wright. Este libro lo tomé sólo porque ocupaba un libro publicado en mi año de nacimiento para un reto, si no fuera por eso creo que jamás en la vida lo hubiera llevado a casa. El problema es que es pequeñito y la portada se me hacía muy infantil. No es una historia de fantasmas aterradora, es más que nada un cuento sobre una niña y sobre cómo madura con la llegada de un tropezón. En fin, que me gustó. Reseña aquí.

Canción de navidad, de Charles Dickens. Todos conocemos esta historia, ya sea del libro o de alguna de las miles de adaptaciones. Pero nada se compara a leerlo, este año lo haré en su idioma original porque así es aún mejor. Y además lo leí en diciembre, es la típica relectura, pero es que le da un toquecito especial a las vacaciones de invierno. Reseña aquí.

Las matemáticas, perejil de todas las salsas, de Ricardo Berlanga. Esta debe ser la primera no-novela de la que hablo aquí. Es parte de una colección de divulgación que hay en México -y creo que en el mundo-, este en particular trata sobre cómo de hecho las matemáticas son útiles y se involucran en toda clase de problemas. Y básicamente consiste de muchos ejemplos de cómo resolver problemas que a primera vista son muy difíciles, muchos de ellos son ejemplos forzosos para cursos avanzados de matemáticas, pero en este libro se usan nociones básicas de álgebra y geometría.

Los libros que leímos juntos, de Alice Ozma. Desde que lo vi en la librería tenía muchas ganas de leerlo, sobre todo porque en la portada hay un señor que se viste como mi papá y la sinopsis decía que trata sobre cómo la autora tenía un trato de lectura con el suyo. Al final resultó no ser exactamente así, tampoco es una novela sobre libros, ni siquiera es sobre una lectora. Pero igual tuvo sus momentos y de alguna forma la historia que Alice Ozma me contó llegó a mi corazón. Reseña aquí.

El hombre que corrompió Hadleyburg, de Mark Twain. Es lo más corto que he leído desde hace como diez años; depende de la edición, pero son como 100 páginas. Y es otro ejemplo de mis lecturas de última hora para completar retos, lo mejor es que no esperaba absolutamente nada de él. Simplemente googleé una historia corta y salió esto, no creía que en menos de 150 páginas fuera posible acercarse tanto a los personajes y a su vida. Quedé gratamente sorprendida, no sé ni por qué dudaba de Mark Twain. Reseña aquí.

Un universo en expansión, de Luis Felipe Rodríguez. Otro libro del Fondo de Cultura Económica, en esta ocasión trata sobre la astronomía. En mi licenciatura llevé un par de cursos al respecto, así que estoy familiarizada con algunas de las técnicas que se utilizan para la observación, pero así y todo me gustó mucho la manera en que el autor explica las cosas. No es fácil explicarle a alguien por qué no puede ver una nebulosa o cómo se clasifican las estrellas, y Luis Felipe Rodríguez hasta habla de por qué un telescopio óptico está muy lejos de satisfacer las necesidades de un astrónomo moderno.
            
Los heraldos negros, de César Vallejo. De nuevo me salí de mi zona de confort, no leía poesía desde que dejé de llevar clases de español. Ni siquiera recuerdo la última vez que tuve una antología de poemas en las manos, y eso que este libro sí es mío. César Vallejo lleva muchos años muerto y fue uno de los grandes de su época, según tengo entendido. Tengo una edición viejísima -no sé si su trabajo sigue imprimiéndose-, tanto que hay palabras que ya no son las mismas. Por ejemplo, él decía "setiembre" en lugar de septiembre. Curiosidades.

María, de Jorge Isaacs. Para mí éste fue uno de esos libros que te dejan leer en la escuela, no es que me molestara nunca que nos pusieran a leer. Pero no quedaban copias en ninguna librería de mi ciudad y no tenía manera de conseguirlo de otra forma, así que dejé pasar el tiempo hasta que el examen era al día siguiente; lo descargué en PDF y lo leí a medias en un día. Desde entonces María me da ñañaras, todo el romance me hace regresar a esa noche -a medio dormir- y sólo algunos fragmentos me rescatan para esta novela.

The Star Wars: La guerra de las galaxias, de J.W. Rinzler. Justo en la cúspide de la ola fanática por El despertar de la fuerza decidí que iba a comprar mi cómic, esta es la adaptación que hicieron del borrador que presentó George Lucas para la primera película. Y no es para nada lo que la saga terminó siendo, yo no soy una fan -no hace ni dos meses que por fin vi las películas completas- pero de todas formas estaba tan emocionada que le mandaba fotos de las páginas a Isaac cuando llegaba a algo totalmente opuesto al Star Wars que conocemos. Osea que estoy encantada, ahora seré una chica de cómics además de libros.

Elantris, de Brandon Sanderson. No hay palabras para describir mi amor por Brandon,  y Elantris fue lo que lo puso en la mira del mundo. No sé si ya lo dije en la reseña, pero es que es imposible la forma en que se las ingenia para describir tanto en un solo libro. No es como si supiéramos TODO del mundo en el que se desarrolla, pero sí escribió como si Arelon fuera parte de un conjunto y no sólo el escenario en el que resulta que viven los personajes. Éstos también me encantaron, tienen motivaciones y pasado, te hacen sentir en su piel. Reseña aquí.

Hamlet, de William Shakespeare. Diciembre fue el mes de las nuevas experiencias, ésta fue la primera obra que leí por mi cuenta. Y también fue algo difícil para mí, por el hecho de ser una obra había muchas intervenciones que hasta resultaban ridículas. Cosas como que los personajes del fondo se ponen a gritar algo a coro o que alguien se gire para decir algo que piensa; en fin, me tomó como la mitad de las páginas entrar en 'modo obra' y de ahí en adelante ya lo disfruté.

Imágenes en acción, de Terry Pratchett. Yo adoro a Terry, pero este libro no se sintió tan completo como esperaba. Es una cosa usual en las novelas del Mundodisco que al comienzo ocurra algo que altera el orden del universo y que durante el libro se resuelva, pero siempre manteniendo esa idea de que no es la última palabra. Aquí me quedé con la impresión de que no voy a volver a saber sobre los personajes y eso se me hizo muy extraño. Reseña aquí

Christine, de Stephen King. Lo repito como loca, pero es que la idea de un automóvil asesino es ridícula. Por eso es increíble que en general me gustara Christine, el único problema que tuve con la novela fueron las partes en las que Christine participaba. Stephen King puede escribir mucha tensión en una escena, en algún momento sientes el sudor del personaje, tu corazón late fuerte...y luego te das cuenta de que un automóvil se metió en una casa y está chocando todo. Esos momentos me sacaban totalmente del ritmo de la historia.

La quinta ola, de Rick Yancey. Es la novela del momento, porque estamos a días de que se estrene la película. Antes de leerlo estaba muy emocionada al respecto, pero todo eso fue decayendo a medida que leía y después con el paso de los días. Aunque admito que una razón fuerte fue que vi el tráiler de la película y no me gustó para nada, ni el reparto ni la idea que transmiten. En fin, el libro desarrolla una idea interesante por el hecho de que no es la típica invasión de aliens, pero fuera de eso no hay nada que destacar.

Eleanor&Park, de Rainbow Rowell. No tiene una historia trascendental, los protagonistas no son héroes ni piensan en ser modelos a seguir. Son simplemente dos chicos viviendo lo que les toca, lidiando con la escuela a su manera, teniendo problemas de adolescente y conociéndose poco a poco. Este fue mi primer libro de la autora y me encantó la clase de novela que escribió, los romances adolescentes literarios siempre tienen ese elemento de locura/idealismo, pero Eleanor y Park son sólo un par de chicos normales, con un amor que sentí más puro y más real que si hubiera tenido todas las chispas que parecen la norma del género.

Buena suerte, de David Baldacci. Este es uno de los libros de mi infancia, hace años que mi mamá me lo dio y no había vuelto a leerlo. Es sobre la vida de un par de hermanos luego de que su papá sufre un accidente y tienen que ir a vivir con su bisabuela, así que hay mucho sobre los problemas que tenían en el campo debidos a la sobre-explotación de las industrias. Lo mejor del libro son sus personajes, porque realmente viven su historia y por lo tanto transmiten muy bien esa añoranza que es clásica de estas novelas.

Y ustedes, ¿han leído alguno?
¿Se les antoja?
Angie

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